Tica se dejo ver en una de esas carreteras secundarias del noroeste murciano, y conseguimos retornarla a la vida doméstica tras un buen baño; lo difícil, a pesar de los mimos y paciencia, fue superar los miedos y sinsabores que reflejaban sus ojillos negros. Nada insuperable para la bolita blanca que con el tiempo, logro apoderarse de la casa y del sofá como ama y señora del hogar.
Popularmente conocida como “La Tica”, era ella quien amenizaba todos los eventos familiares con tan solo mover su rabillo y dos cabriolas de pura locura perruna. Coqueta y feliz que a lametazos te cubría sin necesidad de excusas.
De esa forma, la Tica inspira nuestro camino, original y en constante evolución. Divertida, curiosa y algo pícara también. Agradeciendo así, que su recuerdo fluya a nuestro alrededor impulsándonos para mejorar continuamente.
Desde La Tica nos comprometemos a optimizar nuestros recursos, con sumo respeto al medioambiente y fundamentando nuestro quehacer en la cultura eco y “el hecho a mano” para que cada uno de nuestros productos sea único y especial.